01 Mar PERCIBIR EL TIEMPO
Sin apenas percibir el tiempo y estamos en Cuaresma.
Hoy, observando la naturaleza, he creído ver, en la belleza de su ciclo, un sentido que podría ayudarnos a interiorizar: ¿Os habéis fijado en las plantas, en los pájaros, los animales…? ¿Habéis prestado atención al sol de este invierno? Las plantas carecen de energía. Los pájaros y los animales que habitan en nuestro entorno casi no se dejan ver, ni oír.
Esta “aparente falta de vida” recuerda el pueblo de Israel deambulando por el desierto.
Tal como en la naturaleza, nuestra vitalidad parece escasear, por eso el Señor nos invita a salir de esa aparente falta de energía. Esa es la propuesta de la cuaresma: salir de la vida latente a la vida activa. Es el paso “de la vida” que se encontrará “con la Vida” plena generada en el amanecer pascual.
Las plantas rebrotarán verde intenso, los pájaros anidarán y trinarán, nuestros corazones se alegrarán. Unos por la “vida”, otros para la “Vida”.
La Cuaresma es pasar del invierno a la primavera, es volver nuestro corazón a Dios y a su Palabra:
- Aprovechemos cada instante y cada momento.
- Podemos hacerlo.